miércoles, 8 de diciembre de 2010

Visita De Pierre Gonnord

...el corazón a mil por hora, los vellos de punta y una sonrisa de oreja a oreja.

La primera vez que vi el trabajo de Pierre Gonnord, he de ser sincera: no me llamo mucho la atención. Fue en el museo de Bellas Artes de Sevilla, ni siguiera sabia en ese entonces quien era ese fotógrafo que había colocado entre medio de todos esos cuadros clásicos, esas fotografías.
Luego en fotografía lo volví a ver, entonces ya me pareció mas interesante, al analizar esas imágenes, con esa iluminación y esos rostros tan desconocidos para mi, pero que a la vez transmitían mucho con la mirada.

Y finalmente volví a encontrarme con sus obras de la Sala Alcalá de Madrid, ahí es cuando, por decirlo de alguna manera, "culminó" todo. Esos cuadros inmensos que te hacían recular, que te sorprendían y a la vez te asustaban por su "grandeza". En esa misma exposición había una proyección sobre una entrevista suya, normalmente esas proyecciones si entro a verlas, pero a esa si entré y me quedé hasta el final. El escucharlo hablar, con esa tranquilidad, sinceridad y sencillez de su propio trabajo me impresionó y pues el haberlo visto hablar y escuchar en persona fue aun mejor. Además de esa sencillez y sinceridad hay PASIÓN por su trabajo. Hablaba de sus anécdotas fotográficas con tanto entusiasmo que parecía que hablase de historietas llenas de aventuras.

Esa familiaridad que desprende inundó toda la clase y la convirtió en un habitáculo lleno de silencio, donde solo se escuchaban los latidos del corazón...

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